Cátedra de Clínica Médica – Facultad de Ciencias Médicas – Universidad Nacional de Rosario
Discusión del caso clínico Dr. Rodolfo Navarrete Voy a discutir el caso de una mujer de 38 años con fiebre de origen desconocido. Como objetivos de mi discusión propongo: – Clasificar al síndrome febril. – Detectar potenciales pistas diagnósticas. – Realizar un algoritmo de estudio. – Establecer una conducta terapéutica. La paciente consulta por fiebre de 4 semanas de evolución con más de 2 visitas por consultorio externo, y actualmente con más de tres días de internación sin llegar a un diagnóstico etiológico. A principios de la década del 60, Petersdorf y Beeson en base a un estudio observacional de 100 pacientes, definen a la fiebre de origen desconocido (FOD) como todo síndrome febril con más de 38 ºC por más de tres semanas y sin diagnóstico luego de una semana de estudio. Tres décadas más tarde, debido al advenimiento de nuevas enfermedades (ej:HIV-SIDA), nuevos tratamientos (inmunomoduladores, agentes biológicos, corticoides) y métodos de diagnóstico más sofisticados, se decide reclasificar a la FOD y dividirla en 4 categorías: -FOD clásica: Fiebre de más de 38 ºC por tres semanas con más de dos consultas ambulatorias o por más de tres días internado sin arribar a un diagnostico. -FOD en pacientes HIV -FOD en pacientes Inmunodeprimidos -FOD nosocomial En cuanto a las diferentes etiologías de FOD, clásicamente se las divide en infecciosas, inflamatorias, tumorales y de causa desconocida. En los primeros trabajos a principios de los años 80, las infecciones se imponían como la principal etiología. Con el avance de los métodos diagnósticos estas dejaron de ser la principal causa posiblemente por ser diagnosticadas precozmente, dándole lugar a las patologías inflamatorias. Sin embargo, en publicaciones más recientes estas últimas han sido desplazadas, aumentando la incidencia de FOD de origen incierto o idiopáticas. Un dato no menor, es que estos estudios fueron realizados en países desarrollados. En países en vías de desarrollo, el origen infeccioso sigue siendo la principal cusa de FOD, posiblemente debido a la alta incidencia de tuberculosis. Siguiendo con el análisis del caso clínico en cuestión, considero necesario la búsqueda de potenciales pistas diagnósticas. Estas deben ser recogidas de la anamnesis, examen físico, laboratorio y otros estudios complementarios. Según algunos estudios, los hallazgos en el examen físico se relacionan directamente con el diagnóstico definitivo en un 59% de los pacientes. Aunque otros trabajos han señalado que el 81 % de las pistas potencialmente diagnósticas resultaron falsas o engañosas. Estos resultados deben ser interpretados con cuidado, ya que el examen físico y anamnesis deben seguir siendo las herramientas diagnósticas más importantes. Nuestra paciente presenta las siguientes pistas diagnosticas: – Fiebre reumática – Dos abortos – Lesión en primer molar – Soplo cardiaco – Leve anemia – Leucocitosis – VES > 100 – GGT – FAL aumentadas – Calcificaciones en Bazo – Endometrio engrosado – Urocultivo: Bacilo Gram negativo no fermentador. – Hemocultivos: 4 negativos, 1 contaminado, 1 coco-bacilo Gram negativo. Cabe destacar que el endometrio engrosado informado en TAC es de 11 mm por ecografía transvaginal, tamaño normal en la etapa premenstrual. El paso siguiente es plantear un algoritmo de estudio. La realización de este debe ser de forma secuencial, siempre guiado por una pista diagnóstica y basado en el riesgo y costo beneficio. En una primera etapa de estudio es necesario realizar un examen físico minucioso, solicitar un laboratorio que incluya hemograma, hepatograma, VES, PCR, realizar una ecografía de abdomen, radiografía de tórax, hemocultivos y urocultivos. Con estos métodos se estima que se diagnostica un 50% de las FOD. Respecto a nuestro paciente, considero que debemos evaluar 5 posibles etiologías: – Infección urinaria – Endocarditis infecciosa – Tuberculosis – Histoplasmosis – Absceso periodontógeno Infección Urinaria Si avanzamos hacia una segunda etapa de estudios, es necesario la realización de un nuevo examen físico, TAC de abdomen y tórax, laboratorio inmunológico, PCR para VEB y CMV, ferritina, TSH, y ecocardiograma transtorácico. Estos métodos complementarios fueron realizados, constatándose únicamente calcificaciones en el bazo. Endocarditis Infecciosa Foco Odontógeno Siguiendo con el algoritmo de estudio me pregunto si debemos avanzar con una tercera etapa, la cual implicaría métodos diagnósticos invasivos como la eventual realización de biopsia hepática, esplénica, de la arteria temporal, de medula ósea, de ganglio, centellografía y laparoscopia; o bien si debemos esperar a tener resultados definitivos de hemocultivos, ecocardiograma transesofágico, esputo para BAAR y reacción de Huddlenson. Evaluando el estado de la paciente y la importancia de los estudios pendientes, considero apropiado esperar los resultados. Como conductas planteo la suspensión de antibióticos y la obtención de nuevos hemocultivos y urocultivo. En el caso que este último sea positivo, comenzaría tratamiento dirigido según antibiograma. Al mismo tiempo, dada la alta sospecha endocarditis infecciosa, realizaría un ETE. De no llegar a un diagnóstico, evaluaría la necesidad de seguir avanzando con estudios invasivos como son la biopsia hepática, con un rédito diagnostico de aproximadamente un 16 %, pero con baja probabilidad de efectos adversos. Bibliografía 1. PETERSDORF RG, BEESON PB. Fever of unexplained origin: report on 100 cases. Medicine (Baltimore) 1961; 40:1. 2. Jacoby GA, Swartz MN. Fever of undetermined origin. N Engl J Med 1973; 289:1407. 3. Kleijn EM, Vandenbroucke JP, van der Meer JW. Fever of unknown origin (FUO).I A. prospective multicenter study of 167 patients with FUO, using fixed epidemiologic entry criteria.The Netherlands FUO Study Group. Medicine (Baltimore) 1997; 76:392. 4. Knockaert DC, Vanneste LJ, Bobbaers HJ. Fever of unknown origin in elderly patients.J Am GeriatrSoc 1993; 41:1187. 5. Miller RF, Hingorami AD, Foley NM. Pyrexia of undetermined origin in patients with human immunodeficiency virus infection and AIDS.Int J STD AIDS 1996; 7:170. 6. 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