Ctedra de Clnica Mdica – Facultad de Ciencias Mdicas – Universidad Nacional de Rosario
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Discusión del caso clínico. | Presentación | Objetivos:
Infarto esplénico: El bazo es el mayor órgano linfohematopoyético y conforma el 25% de la masa linfoide total. Participa en la inmunidad y la renovación de los componentes de la sangre, con un especial énfasis en la defensa contra gérmenes capsulados, viéndose todo esto afectado cuando su masa se encuentra comprometida. Los infartos esplénicos ocurren cuando se produce una obstrucción al flujo sanguíneo llevando finalmente a isquemia y eventual necrosis. Dicha obstrucción se produce cuando la circulación arterial o venosa se ve frenada y sus etiologías suelen ser múltiples, siendo la trombótica o la congestión celular las más frecuentes. Las etiologías de los infartos esplénicos pueden ser:
Si bien por la baja incidencia no existen estudios a gran escala sobre esta entidad, en los diferentes reportes de casos se observó que, hasta en un 80% de los casos, la etiología era debida a eventos tromboembólicos o a enfermedades hematológicas infiltrativas. La manifestación clínica más frecuente suele ser el dolor abdominal localizado en flanco izquierdo, pero hasta en un tercio de los pacientes puede ser totalmente asintomático. Puede afectar en todas las edades y por ser considerada una causa sumamente infrecuente de dolor abdominal, la verdadera prevalencia no se encuentra determinada. El tratamiento de los infartos esplénicos dependerá de su etiología, es por ello lo importante de su estudio con la finalidad de arribar a una terapéutica adecuada. Sólo casos excepcionales requerirán de cirugía de resección por encontrarse ampliamente comprometido el órgano. Lesiones petequiales: Constituyen lesiones cutáneas de pocos milímetros producto de la extravasación de sangre de los pequeños vasos. Pueden ser producto de múltiples entidades:
Al igual que en otras entidades, para el correcto abordaje y posterior tratamiento de los cuadros petequiales, es fundamental la identificación etiológica de las mismas. La presencia de fiebre, petequias palpables o mal estado general, deben considerarse como pautas de alarma para sospechar causas graves. Alteraciones de la grasa abdominal: Son múltiples los procesos que cursan con necrosis de la grasa intraabdominal. Se suele manifestar con dolor abdominal de características agudas/subagudas. La localización del mismo puede servirnos para realizar una aproximación diagnóstica, pero la utilización de distintas técnicas de imágenes será el método de elección para determinar el verdadero lugar afectado. Se pueden clasificar las patologías que cursan con necrosis grasa intraabdominal en dos grandes grupos:
Si bien una multiplicidad de entidades pueden producir reticulación de la grasa intraabdominal, la localización de dicha alteración nos puede servir, en conjunto con la clínica, para determinar el origen de la lesión. Consideraciones finales: Nos encontramos frente a un paciente adulto con múltiples factores de riesgo cardiovascular (insuficiencia renal crónica, diabetes e hipertensión arterial) que consulta por un cuadro de dolor abdominal agudo localizado en hipocondrio izquierdo y que presenta múltiples hallazgos, tanto en el examen físico, como en los estudios complementarios que nos abren el abanico de los planteos diagnósticos. Por un lado la presencia del infarto esplénico evidenciado en tomografía de abdomen asociado a múltiples imágenes diverticulares y reticulación de la grasa pericólica a predominio del ángulo esplénico, nos obligan a discernir si dicha reticulación es debido al infarto per se o si se asocia a la presencia de una diverticulitis no complicada, como fue interpretada a su ingreso. El infarto esplénico no es un dato menor ya que podría justificar la signo-sintomatología de la paciente. Sin embargo, no hay datos en la bibliografía de que esta entidad se asocie a los hallazgos mencionados en la grasa intraabdominal. Esto puede deberse simplemente a la falta de descripción imagenológica en estos cuadros. Dentro de las posibles etiologías de las alteraciones esplénicas creo fundamental descartar la presencia de eventos embólicos sépticos mediante la realización de un ecocardiograma, ya que recordemos también presentaba lesiones petequiales en ambas plantas de los pies, que si bien son infrecuentes, nos deben despertar una señal de alarma frente a procesos sépticos. Para esto, son fundamentales los hallazgos ecocardiográficos y los cultivos de sangre periférica. Asimismo, debido a las múltiples imágenes de ateromatosis parietales aórticas y sus ramas, creo que la embolia aórtica es uno de los diagnósticos más probables en esta paciente ya que se descartó la presencia de alteraciones eléctricas (fibrilación auricular) y hematológicas malignas en una primera instancia. En este caso el tratamiento conservador y el inicio de fármacos para el control de placa sería el indicado, siempre y cuando el cuadro séptico sea descartado ya que el tratamiento diferiría sustancialmente. Bibliografía:
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Imágenes del caso
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